La danza cántabra comienza a organizarse y a generar actividad con la idea de difundir y profesionalizar el sector en la Comunidad Autónoma de Cantabria. La Asociación de Profesionales Movimiento en Red da visibilidad a un movimiento creciente en el que ya destacan compañías y proyectos con un perfil sólido y propuestas artísticas de interés. El reciente traslado de Madrid a Santander de la veterana compañía Babirusa Danza, que dirige Beatriz Palenzuela y Rafael de la Lastra, ha venido a contribuir con la formación de un tejido. En su nueva ciudad han estrenado recientemente Recuerda que no pueden cancelar la primavera. El jardín, una celebración al arte de bailar y una reflexión sobre los silencios posibles.
Personal es también el trabajo de la bailarina y creadora brasileña Mari Paula, que ha traído a su compañía cántabra el color local de su país en su nueva coreografía Escambo, una creación que ella define como “cítrica y tropical”, en la que 50 naranjas invaden el espacio escénico, convertido en un tablero lúdico.
En otro ámbito, la Compañía Mymadder fundada en 2010 por Rebeca García Celdrán y Manuel Martín, explora una línea de creación contemporánea en alianza con el breaking, que se ha materializado en trabajos como Hangar, un solo de Martín que explora la danza en el contexto arquitectónico en que se produce. Finalmente destacar el trabajo de la joven compañía Compás Modular, fundada en 2018, por la coreógrafa Ana Dovidena y el productor musical Chema Armengou, quienes ya han estrenado las piezas de carácter multidisciplinar Improvised Telephaty e It 2.0, y trabajan en Costa, una nueva producción en pleno proceso.